Metaverso, RX,Blockchain: El Argot de una Nueva Era

La convergencia tecnológica está generando nuevos términos que ni siquiera tienen un sólo significado. Es hora de que salgan al público en general.

Frank Escandell
6 min readSep 19, 2021

En 1992, el autor Neal Stephenson publicó una novela de ciencia ficción llamada ‘Snow Crash’ (Choque en la Nieve). De la misma forma como había sucedido antes en 1984 por su homólogo William Gibson acuñando “Ciberespacio” en su novela ‘El Neuromante’, Stephenson acuñó el término “Metaverso”.

Otro ejemplo muy actual es la novela Ready Player One de Ernest Cline, que en el año 2018 se convirtió en película de la mano de Steven Spielberg.

Covers de la novela (izquierda) y de la película (derecha)

Básicamente, el Metaverso en ambas obras consistía en un mundo en Realidad Virtual (RV) en el que los usuarios interactuarían mediante gemelos digitales de sí mismos, llamados “Avatares”. Si uno, durante la búsqueda de parábolas éticas o filosofía moral para ilustrar puntos de vista e ideologías, investiga el origen del término “avatar”, lo encuentra en textos religiosos de Sanatana Dharma (religión mal llamada ‘Hinduismo’) siendo la manifestación física de una deidad.

En Ready Player One se muestra un metaverso central llamado Oasis donde cada uno según sus medios tiene su propio avatar customizable, por el que los jugadores — como ya sucede en juegos como Fortnite — podían adquirir artículos digitales a expensas del presupuesto para las necesidades básicas diarias, incluyendo la vivienda o el alimento, en el mundo físico y real.

¿Qué podría ser el Metaverso?

El término “Metaverso” y lo que ello implica son cuestiones aún desconocidas para el gran público, y como suele suceder, se acuñan en inglés — la lingua franca tecnológica — y en ese idioma no hay constreñimientos semánticos para decir lo que se desea hacer entendible.

Para facilitar la cuestión, el Metaverso sería todo el mundo digital donde todo aquello que se pueda imaginar, puede existir. Esta definición es tan simple como complicada, ya que la tendencia es la de conectarse en un futuro no lejano a ese metaverso, todo el tiempo, cumpliendo con el legado de McLuhan; se trata de extender los sentidos humanos de la vista, el sonido, el tacto, el oído fusionando lo digital con lo físico. La rama de tecnología por la cual se lograría esta radical redefinición de la realidad, se conoce con el nombre de Realidad Extendida (RX) sobre la cual publicaremos más adelante.

Otra aclaración que se debe hacer es que metaverso no es lo mismo que ciberespacio, como se ha mencionado al principio. El ciberespacio funciona bajo la premisa cartesiana de la estricta división entre cuerpo y mente; el metaverso es inclusivo y borra la línea entre lo exterior y lo interior.

Además, ¿qué diferencias existen entre el Metaverso y la actual Internet? Es posible que la respuesta sea que Internet sea el Metaverso, y que simplemente estemos creando maneras más visuales de interactuar con ella.

“…las tecnologías admiten ser consideradas como prolongaciones de nuestro cuerpo y nuestros sentidos, que los medios de comunicación electrónica admiten ser considerados extensiones de nuestro sistema nervioso central

Marshall McLuhan (1964)

¿Podría un metaverso convertirse en un modelo económico a nivel global? La respuesta es sí. No es ninguna broma. El pasado 22 de julio de 2021, Mark Zuckerberg, presidente y fundador de Facebook, anunció la paulatina transformación de la red sociodigital número uno del mundo hacia una “empresa metaversal”. Si no, ¿para qué entonces habría adquirido la empresa Oculus VR en 2014?

Mark Zuckerberg ante una junta de accionistas e inversores en enero de 2021

¿Podría haber algún día un solo Metaverso dominante a nivel global? La respuesta es no. Las fuerzas de mercado suelen ser extremadamente complejas y obedecen al fin y al cabo a los gustos humanos; lo que sí es posible es que hubiere un “Multimetaverso”, en el cual plataformas metaversales customizadas — y más importante, sus creadores, las empresas — tendrían puntuales conexiones unas con otras.

Al respecto, el Profesor Mauro Guillén, Decano de la Facultad Judge de Negocios de la Universidad de Cambridge, en su obra The Platform Paradox (La Paradoja de la Plataforma) presenta evidencia de una gran incongruencia en esta nueva era: la mayoría de plataformas que son de alguna forma precursoras del/los metaverso(s) sólo han tenido éxito comercial en algunas partes, pero no en todo el mundo. De hecho, no hay ninguna plataforma digital verdaderamente “global”.

Por ejemplo, el gobierno de Corea del Sur ha creado una alianza metaversal de empresas nacionales y universidades para desarrollar una plataforma de Realidad Aumentada (RA) y Virtual (RV) para examinar la ética de los ambientes virtuales, cómo se gobiernan y cómo podrían beneficiar a sus ciudadanos (y contribuyentes).

Posrealidad y Convergencia Tecnológica

Independientemente de cómo se quiera o pretenda definir, incluso qué utilidades o modelos de negocio podría generar, el concepto de metaverso contribuye activa y radicalmente al nacimiento de una “posrealidad”. Eso representa el riesgo de emular a la ya existente política de la posverdad, en la que los hechos y el raciocinio son secundarios a la sociodigitalidad de las emociones.

La posrealidad consistirá — sí, esto sucederá — en el cambio cultural más significativo de los próximos años. Hoy somos testigos de algunas sombras de las consecuencias que traerían uno o varios metaversos, en un amplio sentido pero para ello hay que saber de dónde proviene(n).

Dentro de la industria de la tecnología digital, está tomando fuerza la tendencia de que el metaverso tendrá que ver con la Omnivergencia de la Realidad Extendida (RX) con otras tecnologías, especialmente con Blockchain. Para esta última la razón es muy sencilla: con Blockchain se puede reclamar la propiedad de bienes digitales y al mismo tiempo la gestión descentralizada de enormes cantidades de datos espaciales.

El metaverso sería co-creado por los participantes/jugadores, al fin y al cabo prosumidores, a través de las transacciones entre pares y sobre la seguridad que ofrece Blockchain, aunque esto es todavía — a fecha 20 de septiembre de 2021 — una audaz especulación.

Es muy lógico pensar que seamos testigos de una naciente economía virtual paralela a la digital que ya empezamos a conocer, pero al estilo cowboy. Será una economía entre pares, personas u organizaciones, comerciando con bienes digitales como está sucediendo con las criptomonedas.

Sobre “Blockchain” o Cadena de Bloques, sobre la cuales también publicaremos más específicamente en un futuro cercano, sólo hacemos referencia a los NFTs que potencialmente serán una manera de que las personas establezcan identidades metaversales (avatares) seguras e insustituibles. NFTs, acrónimo en inglés de “Token No Fungible”, son activos digitales irrepetibles, indivisibles, cifrados y vinculados a la cadena de bloques. Es decir, no se pueden hackear… por lo menos por ahora. Su función es única y no se pueden copiar ni dividir en unidades fraccionarias más pequeñas.

Esta omnivergencia o disrupción cruzada entre tecnologías es lo que se llama popularmente convergencia tecnológica. El metaverso será uno de sus mayores logros, se vea como se quiera ver.

Originally published at https://blogs.laopiniondemurcia.es on September 19, 2021.

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Frank Escandell

Landing AI & Tech for the real world / Startup Mentor & Ambassador / STS Blogger & Lecturer / Rugby Player / Likely to hae coined AIaaS