La Máquina de la Euforia

Las redes sociodigitales disrumpen desde nuestra salud, a nuestras elecciones y hasta la forma de interactuar.

Frank Escandell
7 min readMay 21, 2021
Prescott eNews

Fue en el año 2018, cuando Sinan Aral — inversor, profesor de gestión empresarial y director de la Iniciativa del MIT para la Economía Digital — y dos de sus colegas — publicaron un estudio que demostraba — con cifras y datos — algo que también venían diciendo los abuelos: en el mundo online, las mentiras viajan más rápido que las verdades.

El profesor Aral le llamó entonces “la máquina de la euforia” al ecosistema de telecomunicaciones en tiempo real creado por las redes sociodigitales.”

En este artículo se exploran conceptos una vez visto el documental “El Dilema Social”, sobre el cual ya hay un artículo publicado aquí en La Revolución Espectral. Esta es la primera pregunta que se propone a propósito de este artículo: concreta y realmente, ¿Qué podemos hacer para solucionar la crisis actual de y provocada por los medios sociodigitales? Como decimos en inglés, ante esta pregunta la única respuesta es “sí”.

Los Datos

De acuerdo con el informe de Data Reportal ya somos 4.660 millones de usuarios de internet en todo el mundo, y sólo en los últimos 12 meses, 316 millones de personas se han integrado online; el número de usuarios únicos de teléfonos móviles es 5.220 millones, todo un reto.

El éxito de los medios sociodigitales ha provocado que lleguemos a una encrucijada, manifestándose en encendidos debates, que no llegan al ciudadano de a pie, sobre el futuro de las regulaciones antimonopolio para ese específico sector de mercado, o si las plataformas sociodigitales deberían o no filtrar contenido (y qué clase de contenido) o de cómo abrir el mercado a nuevos operadores, para evitar lo que sucedió con la red sociodigital Parler (pese a que la gran mayoría de personas se limitó a aplaudir una decisión de la que desconocían sus causas por completo).

El debate, tanto en Washington D.C. como en Bruselas, está a la orden del día. No ocurre ni cercanamente lo mismo en Beijing. En nuestra época, todo tiene un impacto: en 2013, un tweet falso barrió 140 mil millones de dólares de valor de acciones en bolsa.

Comentario de Frank Escandell en su programa ‘La Revolución Espectral’ en el que se cuestiona la capacidad legal de censura de los medios sociodigitales

Para quienes hayan aplaudido cuando Twitter y Facebook decidieron qué noticias eran falsas y cuáles no, o a quienes directamente censurar — como si fuesen medios de comunicación — y para quienes por otra parte, pues, hacer “la vista gorda” — deberían detenerse y considerar lo siguiente: estas etiquetas de ‘fake news’ o las suspensiones a los perfiles de Facebook, pueden hacer creer a los usuarios que todo aquello que no haya sido etiquetado o censurado, sea cierto y verdadero.

El debate, tanto en Washington D.C. como en Bruselas, está a la orden del día. No ocurre ni cercanamente lo mismo en Beijing. En nuestra época, todo tiene un impacto: en 2013, un tweet falso barrió 140 mil millones de dólares de valor de acciones en bolsa.

Censura, Corrección Política y Las Reglas del Juego

En este libro, el Profesor Aral propone un marco modelo para la solución al problema, basado en cuatro pilares: dinero, código (de programación), normas y leyes.

En su caso, el “dinero” significa los modelos de negocio que incentivan cómo los anunciantes y los usuarios se comportan en las plataformas; el “código” es cómo se diseñan estas plataformas y los algoritmos que las hacen funcionar; las “normas” sobre cómo nos adaptamos a y usamos las tecnologías; finalmente, las leyes son las regulaciones, algo que sí conocemos sobrada y desgraciadamente en la Unión Europea.

Las redes sociodigitales, es decir, “la máquina de la euforia”, funciona con una jurisdicción. Facebook, Twitter, Youtube, Instagram, Tumblr, a través de la cuales habitamos otra extensión cuántica de nuestros sistemas nerviosos, tanto individuales como superorganísmicos, devienen de empresas físicas fundadas en Estados Unidos de América.

Esto significa que la legislación que les sirve de fundamento, es la de aquel país. Pues bien, estas redes sociodigitales están clasificadas como proveedores de servicios, al igual que lo tendría tu servicio de telefonía o de agua cada mes; tienen ese estatus de protección bajo la llamada Sección 230 del Código de los EE.UU. Esta legislación ha cumplido 25 años de existencia.

Estas empresas, que muy legítimamente se dedican a ganar dinero mediante el trueque datos por sociodigitalidad con todos nosotros, llevan unos años comportándose de una manera irregular, endosándose poderes editoriales sobre el contenido que se publica en las mismas. Como proveedores de servicio, no deben ejercer poder editorial sobre lo que escriben sus suscriptores, ya que la Sección 230 del Código les protege de la responsabilidad civil del contenido.

¿Estoy diciendo que estas empresas son malas? No. ¿Estoy diciendo que estas empresas deberían tener poder editorial sobre los contenidos publicados en su red? Sí, deberían tenerlo pero no bajo la protección de la Sección 230 del Código, sino convirtiéndose en medios de comunicación.

Las tecnologías admiten ser consideradas como prolongaciones de nuestro cuerpo y nuestros sentidos, que los medios de comunicación electrónica admiten ser considerados extensiones de nuestro sistema nervioso central.

Comprendiendo los Medios de Comunicación: Las Extensiones del Ser Humano. Marshall McLuhan (1964)

Esto no es ninguna broma ni jerigonza ciberpunkiana. Esta ‘máquina de la euforia’, que funciona principalmente mediante las redes sociodigitales, es el fundamento mismo de lo que hoy llamamos Economía Digital. Por tanto, ¿Cómo solucionamos todos los problemas derivados de esta sociodigitalidad cuya resbaladiza ética está fuera de control? ¿Cómo en Occidente se defiende la ya añeja religión de la democracia liberal?

La Solución (sí, pero sin parches ni procrastinación)

Esto no va a gustar nada a los empedernidos ‘europeístas’ amantes de responder a los retos del futuro a base de regulación preventiva.

La respuesta es que, en vez de querer ‘romper’ a Facebook, se debe facilitar la entrada de nuevos actores que compitan en el mercado de la Economía Digital. Casi no existe competencia entre las plataformas de redes sociodigitales, por lo que no hay ningún incentivo para cambiar las cosas: esto es, los modelos de negocios meramente basados en la economía de la atención.

Es aquí donde también sobrevive la negativa influencia del abrogado derecho a censurar, a definir qué es odio, desinformación o manipulación informativa.

Apertura de libre mercado y competencia. No regulaciones, que es como siempre respondemos los europeos, quedándonos siempre a la cola. ¿Qué es una multa de 5 mil millones para una empresa con el capital de Google o Facebook? Paga la multa y sigue haciendo lo mismo.

Otra de las grandes lecciones de este libro es que la forma de lidiar con las grandes tecnológicas debería ser muy diferente. ¿Realmente alguien puede pensar que sea lógico ‘romper Facebook’ en una economía basada en la sociodigitalidad, es decir, en el número de usuarios conectados? ¿Le sonaría de algo la Ley de Metcalfe a estos dirigentes políticos o sociales del siglo XX? ¿No sería normal que una economía basada en los efectos de las redes sociodigitales tienda hacia la concentración y el monopolio?

Luego, podemos agregar a esto una reforma estructural de esta Economía Digital en la que se contemple — así lo propone el Profesor Aral — la portabilidad de datos (es decir, yo soy dueño de mis datos y si me voy de tu red sociodigital, me los llevo) y una legislación de interoperabilidad (obligando a estas empresas a trabajar de manera que dicha portabilidad de datos se efectúe sin problemas). Imaginemos que esto sea como cuando nos llevamos nuestro número de teléfono móvil de una operador a otro. ¿Os recuerda esto a lo sucedido durante la fusión de AOL con Time Warner?

¿Es la hipotética portabilidad de datos entre redes sociodigitales una solución? Los datos hablan por sí mismos. La portabilidad numérica (telefonía móvil) creó unos 850 millones de euros en ganancias cada tres meses, generando gran competencia entre los operadores.

Et Nunc Quid Faciemus?

Hace tan sólo 10 años lo único que debíamos facilitar para el contacto digital era el teléfono, el facsímil y el correo electrónico. Entonces, todavía no había nacido la Nueva Era Sociodigital.

Las señales de esta nueva era son profundamente transformadoras ya que nos están hipersocializando. También, está acrecentando la persuasión en masa y creando una tiranía de las tendencias al inyectar la influencia de los demás en nuestras decisiones del día a día.

¿Facebook influenció las elecciones estadounidenses en 2012 reajustando uno de sus algoritmos? Cuando en España el partido político Podemos irrumpió en la escena política, ¿Cuántos de nosotros les conocíamos durante la campaña previa a aquella jornada electoral del año 2014? ¿Influenció Rusia las elecciones estadounidenses del año 2016? Cuando un grupo de ciclistas en Murcia se toma unas selfies y las suben a sus perfiles, ¿ocurre lo mismo con un grupo de ciclistas en, digamos, Bogotá? Este es el poder disruptivo de los medios sociodigitales, y al comprenderlo mejor, también comprenderemos cómo ‘la máquina de la euforia’ impacta nuestro mundo.

‘La Máquina de la Euforia’ ha generado una interdependencia de raíz entre los seres humanos. Esta misma le da forma a nuestra conducta, nuestras opiniones e incluso a nuestros pensamientos. Algo de la nueva mitología son los newsfeed y los algoritmos de sugerencia de amistad. Esto significa todo un rediseño de la evolución de red social humana y el flujo de información, que es su alimento.

Finalmente, hay dos grandes ejercicios que podemos realizar para enriquecer nuestra ya más que esencial inteligencia sociodigital, o cibersocial si se prefiere:

  1. Ya sabemos cómo funcionan las redes sociodigitales. Dejemos de teorizar, es decir, de estar desperdiciando tiempo con retóricas inútiles y reivindicaciones tradicionalistas
  2. Dejemos de moralizar el debate, convirtiéndolo en otro cómic de Marvel con la añeja dicotomía de “el bien contra el mal”.

En este otro sentido, también ya es importante graduarse por fin de la escuela primaria…

Originally published at https://blogs.laopiniondemurcia.es on May 21, 2021.

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Frank Escandell

Landing AI & Tech for the real world / Startup Mentor & Ambassador / STS Blogger & Lecturer / Rugby Player / Likely to hae coined AIaaS