“Energularidad”: La Singularidad Energética
“Energularidad”. La idea de la “singularidad” lleva años siendo conocida por la ciencia. Hay singularidad en matemáticas (1/0) o la singularidad cosmológica popularizada por Stephen Hawking. Encontramos por primera vez el concepto de “Singularidad” de la mano de John Von Neumann, a mediados del siglo XX. En 2008, el gerontólogo británico Aubrey de Grey desarrolló la idea de la “Matusalenidad”, que sería “ la contraparte biogerontólogica de la Singularidad “, correspondiente a la extensión de la vida orgánica debido a las mejoras tecnológicas.
Llegamos hasta el ingeniero y futurista Ray Kurzweil, quien en 2005 publicó una obra muy importante titulada La Singularidad Está Cerca. De acuerdo con el trabajo efectuado por Kurzweil sobre la ya famosa Ley de Moore, para 2029 una inteligencia artificial habrá superado el Test de Turing, siendo irreconocible si se interactúa con una máquina o con otro ser humano.
Basándose en estas ideas, el autor futurista, ingeniero y economista hispano-venezolano José Luis Cordeiro, graduado en el Instituto Tecnológico de Massachussets y Profesor Fundador en Singularity University, creó el término “Energularidad” — el cual por primera vez se traduce al español mediante este artículo — para presentar la noción del crecimiento exponencial en el consumo energético. Se puede afirmar categóricamente, que su formulación realmente hace mucho más tangibles anteriores teorías científicas que son esenciales para la toma de decisiones.
José Luis Cordeiro y un Nuevo Concepto
El profesor Cordeiro creó y formuló el concepto de “Energularidad”, en paralelo a la “singularidad”, pero dentro del concepto desarrollado por Nikolai Kardashev, quien en 1964, propuso una escala para medir el nivel de progreso tecnológico de una civilización teniendo algo tan básico como el consumo de energía como constante. Esto quiere decir, que según el planteamiento de Kardashev, habría tres tipos básicos de civilización: la planetaria (Tipo I), la estelar (Tipo II) y la galáctica (Tipo III); aunque parezca ciencia ficción, la diferencia de producción de energía entre cada uno de estos tipos de civilización es de 10 mil millones de veces.
Desde entonces, la Escala de Kardashev se ha moldeado y complejificado, añadiendo más niveles superiores al Tipo III. No obstante, a efectos de la “Energularidad” formulada por el Profesor Cordeiro, nos interesa uno en concreto: la Civilización Tipo I o Planetaria. Se sabe muy bien que hay una cantidad ilimitada de energía en el espacio sideral, y es por ello que se debe perseguir la singularidad energética, puesto que es la que determina que logremos llegar a ese tan riesgoso Tipo I.
Hasta el Infinito y Más Allá
De acuerdo con la Escala de Kardashev, las civilizaciones humanas en su totalidad, alcanzarán el Tipo I (Planetario) en los albores del siglo XXII. Tomando en cuenta que en sólo unos miles de años hemos pasado de usar el fuego a producir energía fisionando el átomo (y muy pronto, fusionando), hasta llegar a las formas renovables de energía que ya conocemos, pero cuya forma de producción son insignificantes para la necesaria “Energularidad”. Sólo utilizando el agua de los océanos o recogiendo toda la energía emitida por nuestro Sol en el espacio fuera de nuestra atmósfera, ya habríamos superado con creces el peligroso paso hacia el Tipo I. Nuestro Sol emite 10 mil veces más energía que el total global humano.
Esa es la naturaleza de la “Energularidad” o singularidad energética. Si el término “singularidad” indica, como en el caso de la Cosmología, un punto en el cual una función adquiere valor infinito, o como en el desarrollo tecnológico según Kurzweil, cuando la Inteligencia Artificial y otras tecnologías se complejifican tan exponencialmente que la mente humana es incapaz de absorber el ratio de evolución, entonces una vez que hayamos ‘encendido una estrella’ en el planeta, por ejemplo con la Fusión Nuclear, habremos alcanzado la “Energularidad”. Aquí es cuando uno recuerda al gran poeta Henry Wadsworth Longfellow:
No temas pues en este mundo cómo es,
ya que antes de tiempo habrás de saber,
Saber cuán sublime es
Sufrir, y fuerte, ser.
¿Qué se requeriría para avanzar hacia la “Energularidad” o singularidad energética? Pues como toda empresa científica, muchísima imaginación, creatividad, y enormes inversiones financieras. Que haya hoy en día un Acuerdo de París, — el más caro y deficiente acuerdo de la historia de la Humanidad — que dedique miles y miles de millones de euros a una serie de políticas de sustitución y mitigación, es una muestra de que las civilizaciones humanas aún se encuentran en pañales.
El Profesor Cordeiro ha “dado en el clavo”. Las leyes de la naturaleza se rigen por la energía, la cual sólo podemos conocer y utilizar generándola, convirtiéndola en una herramienta. El buen profesor estaría de acuerdo conmigo en que, asimismo y como una vez lo enunció el gran Marshall McLuhan, “nosotros creamos las herramientas, y ellas nos crean a nosotros.”
Originally published at https://blogs.laopiniondemurcia.es on June 28, 2020.